Las plantas de gran tamaño usan más agua que las plantas pequeñas pero, además del tamaño, hay otros muchos factores a tener en cuenta en el consumo de agua por parte de una planta. El tamaño del contenedor o maceta, la edad de la planta, la textura de la tierra, la temperatura, la humedad y la ventilación, son factores que contribuyen a determinar las necesidades de agua. Si alguna de estas variables cambia, el consumo de agua también se verá alterado. Para que los fluidos circulen libremente, la planta ha de tener una buena ventilación, algo que ayudará a una transpiración adecuada y un crecimiento rápido. Cuanto más sana está una planta, más rápido es el crecimiento y más agua necesita.
Las plantas pequeñas, con sistemas radiculares poco extensos, que están en contenedores de tamaño reducido deben regarse a menudo. Hay que hacer riegos frecuentes, tan pronto como se seque la superficie de la tierra. Cuando las plantas pequeñas están expuestas al viento, se secan rápidamente.
Cuando se ha secado la tierra algo más de un centímetro por debajo de la superficie hay que regar. Teniendo un buen drenaje la planta no acusará exceso de agua. Los clones de cuatro semanas que florecen en macetas de 7,5 a 11 L necesitan ser irrigadas una o dos veces al día. De hecho, la mayoría de los cultivadores prefieren las macetas de menor tamaño porque son más fáciles de controlar.
La marihuana en floración utiliza niveles altos de agua para llevar a cabo una rápida formación de flores. Reducir el aporte de agua frena la formación de inflorescencias.
Las plantas que están expuestas al viento se secan mucho más rápido. En un día caluroso y con viento, la cantidad de agua que consumen las plantas que están al aire libre, en terrazas y en patios puede multiplicarse por tres y hasta por cuatro veces.
Utiliza agua abundante y deja que drena hasta el 10% cada vez que riegues. Este drenaje evitará que el fertilizante se acumule en la tierra. Riega al comienzo del día, de forma que el exceso de agua se evapore de las hojas y de la superficie del sustrato. Dejar la tierra y el follaje mojados follaje mojados durante la noche invita a un ataque fúngico.
Cultiva la superficie del sustrato para proporcionar que el agua penetre uniformemente y para que no se formen embalsamientos de tierra seca, de esta forma, también se evita que el agua se escurra a través de los agujeros de drenaje por la grieta que se forma entre la tierra y el interior del contenedor. Desmenuza y cultiva suavemente la capa superior del sustrato (algo más de un centímetro) con los dedos o con un tenedor. Ten cuidado con las raicillas superficiales.
El exceso de riego es un problema común, especialmente cuando se trata de plantas pequeñas. Demasiada agua ahoga las raíces al cortarles el suministro de oxígeno.
Las señales que indican un riego excesivo son: hojas amarillentas y enrolladas hacia abajo, tierra saturada de agua y empapada, crecimientos y desarrollo lento. Los síntomas del exceso de riego suelen ser sutiles, y puede que los jardineros inexpertos no perciban ningún indicio claro en mucho tiempo.
El exceso de agua provoca un desarrollo lento y un posible ataque fúngico.
La falta de riego es un problema menor; sin embargo, resulta bastante común cuando se emplean macetas pequeñas (4-8litros) y el cultivador no se da cuenta de las necesidades hídricas de las planta que crecen rápidamente. Los contenedores pequeños se secan con rapidez y pueden requerir riegos diarios. Por falta de agua las plantas se atrofian. Una vez que las tiernas raíces capilares se secan, mueren.
Añade unas gotas (una gota por cada medio litro) de jabón líquido concentrado y biodegradable al agua. Actuará como agente humectante, ayudando a que el agua penetre en el sustrato de forma más eficiente, y evitará que se formen embalsamientos de tierra seca. La mayoría de los fertilizantes solubles contienen un agente humectante. Aplica entre la cuarta parte y la mitad del agua/fertilizante que puede necesitar la planta, y espera de 10 1 15 minutos para que se impregne por completo. Aplica más agua/fertilizante hasta que la tierra esté uniformemente húmeda. Si hay bandejas debajo de las macetas, deja que el agua sobrante permanezca en la bandeja unas horas o, incluso durante toda la noche antes de retirarla.
Otra manera de humedecer las macetas por completo consiste en sumergir los contenedores en agua. Sumerge la maceta en el cubo durante un minuto o más, hasta que el medio de cultivo esté completamente saturado. Humedecer las plantas totalmente asegura que no se produzcan embalsamientos de tierra seca.
Bibliografía:
– Marihuana: horticultura del cannabis. Agua y nutrientes. Jorge Cervantes 2007.
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