El cultivo del Tulipán (II)

7. PARTICULARIDADES DEL CULTIVO.

7.1. Plantación.

Primero se recomienda desinfectar los bulbos en una solución de Benomilo y Captan, para prevenir el ataque de Fusarium oxysporum, Rhizoctonia solani, Botrytis tulipae y Phytium sp; además de realizar una esterilización de suelo.
El cultivo se debe iniciar con la importación de los bulbos, normalmente con un tamaño 10/12, con una combinación de colores y precocidad.
Tendrá lugar en mesas de 25 cm de altura de un metro de ancho, con pasillos de 40-50 cm.
La densidad de plantación aproximada es de 100 bulbos/m2, aunque depende del cultivar, calibre y época de plantación.

Marco de plantación: los bulbos se plantan a 8 cm sobre la hilera y a 12.5 cm entre hileras, enterrándolos a unos 10 cm de profundidad, apretando bien la tierra para que no se formen bolsas de aire alrededor.
Época de plantación: debido a las técnicas de preparación y conservación de bulbos, la plantación de los bulbos de tulipán puede realizarse en diferentes momentos, dependiendo fundamentalmente de las condiciones climáticas.

7.2. Riego.

Se riegan frecuentemente hasta la floración; a partir de ese momento el riego debe ser moderado.
Se recomienda el riego localizado con 3 o 4 líneas portagoteros por mesa de plantación con emisores de 2 l/h, separados 30-40 cm entre sí. La cantidad de agua aportada puede reducirse una vez que se hayan formado las raíces.
El déficit hídrico puede originar que se formen las hojas antes que las raíces, lo cual favorece al aborto de los botones florales.

7.3. Abonado.

El nitrógeno provoca un excesivo desarrollo de las hojas en detrimento de la rigidez del tallo, la que es favorecida por potasio.
El exceso de N produce un desarrollo exagerado de las hojas en perjuicio de las flores, en el caso de la producción de flor cortada.
El tulipán es sobre todo exigente en K2O, pues el potasio mejora la síntesis y migración de los glúcidos hacia el bulbo y mejora la coloración de las flores.
El P2O5 favorece el crecimiento y evita los inconvenientes de un exceso de N.
Para el cultivo de bulbos normalmente se aplica el siguiente equilibrio: 1-0,5-2.
Se debe evitar en todo momento que el estiércol aportado esté fresco, ya que se incrementa el riesgo de contaminación de diversos hongos, especialmente Fusarium.

Abonado de fondo (por área).

-Sulfato amónico: 2 kg
-Superfosfato: 5 kg.
-Sulfato de potasa: 2 kg.

Abonado de mantenimiento (por área).

-Desarrollo de los bulbos: 2 g/l o 1 kg/área de 14-7-26, a partir de la primera hoja. Después de la «salida» de flor: nitrato potásico (2 g/l o 1 kg/área).
-Forzado: poco o nada de fertilización (ocasionalmente 3 kg/área de 10-20-20 en la plantación, y un mes después, en el caso de los cultivos a partir de bulbos a 5ºC.

En fertirrigación se recomienda utilizar nitrato potásico (13-0-40) y fosfato monoamónico (12-61-0), a una dosis de 2 g/m2 dos veces a la semana, durante todo el ciclo de cultivo.
El exceso de abonado puede favorecer la aparición de puntos de hojas quemadas, reduciendo así la calidad de la flor.

7.4. Multiplicación.

El tulipán se renueva anualmente por bulbillos (pequeños bulbos que se desarrollan en la base del «viejo» bulbo), uno de los bulbillos toma mayor importancia, y el viejo bulbo se seca, siendo reemplazado por el nuevo. Se hable de bulbo de renovación anual.
La multiplicación se efectúa por separación de los bulbillos en el momento de la recolección (de 2 a 5 o más por bulbo). La multiplicación por semillas solo se realiza para obtener nuevos cultivares, que florecerán en 5 o 6 años.
La propagación comercial del tulipán está fundamentalmente en manos de los productores holandeses, debido por un lado es un elevado grado de tecnificación y por otro lado al tener las condiciones medioambientales adecuadas.

8. PLAGAS Y ENFERMEDADES.

8.1. Plagas.

-PULGONES (Dysaphis tulipae, Myzus persicae, Aphis fabae…).

Aparecen en las plantas durante su vegetación y en los bulbos durante su conservación. Los pulgones dañan el brote de la planta, deformándolo. Los ataques de pulgones son más frecuentes durante la primavera tanto en cultivo al aire libre como en invernadero.
El daño más importante de los pulgones es indirecto, pues son transmisores de virus.

Control.

-Pulverización con Lindano, Paration, etc, después de la aparición de los primeros síntomas de la invasión, antes de que la planta sufra daños importantes.

-NEMÁTODO DE LOS TALLOS Y DE LOS BULBOS (Ditylenchus dipsaci).

Este nemátodo causa necrosis del tallo y abultamientos y/o retorcimientos de las hojas y de las yemas. Sobrevive en el suelo y en malas hierbas huéspedes y ataca a los bulbos y brotes jóvenes.
D. dipsaci se mueve intercelularmente en los tejidos jóvenes, disolviendo la lamela media e incitando hipertrofia e hiperplasia. Los brotes se abultan típicamente, se deforman y se acortan.
Se trata de un organismo vermiforme, largo y delgado (0.8-1.4 mm), posee un estilete y la cola es ligeramente puntiaguda.
El cuerpo se pone casi recto cuando muere por calor.
D. dipsaci es bisexual y pone 200-500 huevos durante el ciclo de vida de un adulto, que es de 45 a 75 días. La temperatura óptima para su desarrollo es 15-20ºC, teniendo poca actividad por debajo de 10ºC o por encima de 22ºC. Finalmente, los nemátodos emigran a la base de la planta, donde se concentran en grupos. En este estado los nemátodos pueden resistir una sequía considerable.

Control.

-Realizar una rotación de tres años sin cultivar tulipanes.
-Destrucción de las plantas afectadas.
-Remojar los bulbos en agua caliente durante tres horas y treinta minutos a 43.5ºC de 15-20 días después de la recogida.
-La pasteurización con vapor es el tratamiento más seguro y efectivo.
-No desinfectar con bromulo de metilo, pues resulta fitotóxico para las Liliáceas.

8.2. Enfermedades.

-FUEGO DEL TULIPÁN (Botrytis tulipae).

Se trata de una enfermedad muy frecuente y la de mayor gravedad, pues ataca a todos los órganos de la planta.
Este hongo se puede diseminar a través de bulbos infectados, acolchados, viento y lluvia. Su desarrollo se ve favorecido por humedades relativas altas.
Los síntomas se manifiestan como hojas curvas y deformadas, detención de la emergencia de brotes y manchas circulares grisáceas en hojas y flores que avanzan rápidamente bajo condiciones de elevada humedad relativa y temperatura.

Control.

-Rotaciones de 4-5 años sin tulipanes.
-No reutilizar los acolchados vegetales.
-Tratamiento de los bulbos por pulverización con Tiram.
-Pulverizaciones preventivas con Captan o Diclofluanida desde que se produce la brotación hasta la floración, al menos dos o tres veces.

-FUSARIOSIS (Fusarium oxysporum f. sp. tulipae).

Se trata de una enfermedad bastante frecuente y grave. La infección se produce con más frecuencia a finales del periodo vegetativo, a consecuencia de los ataques de los hongos que proceden de los restos del viejo bulbo.
Los síntomas se manifiestan en los bulbos como una podredumbre seca en la base o del corazón, o momificación al final del almacenamiento.

Control.

-Realizar rotaciones.
-Clasificación y secado de los bulbos.
-Almacenar los bulbos en lugares bien ventilados y evitar heridas durante la conservación.
-Tratamiento con Benomilo, Procloraz, etc.

-MAL DEL ESCLEROCIO (Sclerotium tulipae).

Este hongo se propaga a través del material vegetal y de la tierra de cultivo. En el tulipán puede penetrar por el ápice del bulbo o por el brote recién emergido.
Si no se produce la brotación, el desarrollo del micelio del hongo tiene lugar en el cuello del bulbo, siendo este de color blanco.
El interior del bulbo se vuelve gris-rojizo y se pudre en seco, pero mantiene las raíces sanas.

Control.

-Desinfección de los bulbos y del suelo.
-Se recomienda no cultivar en el mismo terreno después de una bulbosa.

-VIROSIS.

Desde muy antiguo, las enfermedades causadas por virus vienen asociadas al cultivo del tulipán a causa del efecto decorativo sobre varios cultivares. Los horticultores holandeses lo han explotado ampliamente, transmitiendo el variegado floral a los bulbos sanos. Finalmente los indeseables efectos de los virus que conducen a largo plazo a la degeneración de las plantas enfermas, han mermado el interés por los tulipanes virosados, justificando su eliminación de los cultivos.

-Potyvirus.

La familia de los Potyviridae comprende varios géneros, aunque el género más importante es el de los Potyvirus; este género comprende más de 200 virus, estando ampliamente representados en las plantas ornamentales.
La sintomatología del variegado del tulipán ocasionado por los Potyvirus es la siguiente:

-En las flores los síntomas son perceptibles desde la nascencia de las plantas en primavera. Las yemas florales se decoloran y el escapo floral puede manifestar estrías anormalmente pigmentadas. Las alteraciones de pigmentación modifican el color específico de la variedad y los lotes contaminados pierden su valor comercial.
-En las hojas, los síntomas son generalmente moderados. Las plantas infectadas presentan jaspeados más o menos discretos o estrías longitudinales decoloradas. Estas manifestaciones varían en función del cultivar, de las condiciones culturales y del estadío de desarrollo de la planta.
-Las plantas virosadas del tulipán son de un tamaño más reducido y los tallos y las flores son más cortos. Esta disminución de vigor se traduce también sobre el engrosamiento de los bulbos por una reducción del peso que puede alcanzar el 50%.
-La conservación en florero de las flores cortadas es de corta duración.
Recientes estudios realizados en los Países Bajos han permitido identificar y caracterizar a los diferentes Potyvirus responsables de los variegados del tulipán:

  • Tulip Breaking Potyvirus (TBV).
  • Tulip Top Breaking Potyvirus (TTBV).
  • Tulip Band Breaking Potyvirus (TBBV).
  • Rembrandt Tulip Breaking Potyvirus (ReTBV).
  • Lily Mottle Potyvirus (LiMV).

Control.

-Realizar controles visuales y test de ELISA después de puesta en cultivo en invernadero.
-Aislar las parcelas como mínimo 300 m de cultivos de tulipán susceptibles de soportar lotes contaminados.
-Realizar tratamientos insecticidas contra los pulgones vectores.
-En el momento de la floración debe ser una norma regular y estrictamente aplicada una inspección ocular seguida de eliminación de las plantas infectadas.

-Virus del «rattle» del tabaco o Tobbaco Rattle Tobravirus (TRV).

Este virus muestra una sintomatología de tipo variegado sobre las flores de tulipán, dando lugar a manchas cortas frecuentemente rectilíneas o placas decoloradas vítreas dispersadas sobre los pétalos; si el ataque es grave, las flores pueden deformarse.
Los síntomas florales vienen acompañados sobre las hojas de manchas gris verdoso, oblongas o ligeramente estrelladas que se desarrollan preferentemente en la base del limbo.
No afecta demasiado al vigor de la planta ni al engrosamiento del bulbo.
El TRV es transmitido en el suelo a través de nemátodos pertenecientes a los géneros Trichodorus, que frecuentemente infectan los suelos arenosos.

Control.

-Desinfectar el suelo con ayuda de nematicidas (Dicloropropano/Dicloropropeno).
-En cultivares sensibles se recomienda la plantación tardía, en noviembre o diciembre.

-Otros virus responsables de los variegados son: el virus latente de la azucena o Lily Symptomless Carlavirus (LSV), es el responsable de las alteraciones en la pigmentación de las flores en algunas variedades de tulipán de color rojo o rosa.

Los síntomas solo aparecen si las plantas son infectadas al menos 6 semanas antes de la floración. No aparecen síntomas sobre las hojas.

El virus del mosaico del pepino o Cucumber Mosaic Cucumovirus (CMV), puede infectar ocasionalmente el tulipán, provocando un variegado floral limitado a los bordes de los pétalos y manchas necróticas o cloróticas en las hojas. También pueden aparecer al final de la conservación necrosis anulares en las escamas de los bulbos.

Control.

-Plantación de bulbos sanos.
-Aislamiento de los cultivos (200 m).
-Eliminar y quemar las plantas viróticas.

-Enfermedad de Augusta.

Llamada así debido a que fue en la variedad Augusta en la que se manifestó por primera vez en Holanda, siendo el agente acusante de la enfermedad el virus de la necrosis del tabaco o Tobacco Necrosis Necrovirus (TNV).

Los ataques pueden ser visibles desde el comienzo de la vegetación. Las plantas nacen difícilmente, algunas permanecen enanas y mueren prematuramente. Las hojas infectadas presentan manchas y estrías necróticas de forma redondeada u oval, dando lugar a un enrollamiento del limbo característico. También aparecen largas estrías de color pardo en la base de las hojas y a lo largo de los tallos. En las flores deformadas aparecen pequeñas manchas necróticas en estrías. En los bulbos las manchas se vuelven necróticas, dando lugar a la completa desecación de las escamas.

Las contaminaciones por el TNV tienen lugar en el suelo, siendo el hongo Olpidium brassicae a través de sus esporas flageladas, el que disemina el virus al nivel de las raíces.

Control.

-Producción de bulbos clasificados.
-Eliminación del material infectado.
-Desinfección del suelo para eliminar el hongo vector del virus.
-Se recomienda no cultivar en aquellos suelos en donde hubo un cultivo hospedante (tabaco, patatas, judías y varias malas hierbas) ni donde hubo tulipanes atacados por este virus.

9. FISIOPATÍAS.

Vuelco: al formarse la flor, el pedúnculo se dobla a la altura del cuello de la planta. Puede deberse a un déficit de calcio, bajada de las temperaturas durante el almacenamiento, oscilaciones térmicas durante el cultivo o una elevada humedad ambiental.
Se presenta especialmente en terrenos arcillosos.

Aborto de la flor: el botón floral se atrofia, decolora y toma una textura coriácea. Se debe a una falta de maduración de los bulbos, bajas temperaturas durante el almacenamiento, recalentamiento de los bulbos durante la conservación y déficit hídrico.

Petrificación de los bulbos: las escamas carnosas externas de los bulbos almacenados toman un color blanquecino, esta zona se endurece y aumenta de tamaño hasta alcanzar todo el bulbo.
Normalmente tiene lugar sobre bulbos dañados o cosechados tardíamente.

Puntas blancas de los pétalos: tiene lugar durante la brotación cuando se produce una falta de humedad en el suelo y exceso de calor.
Rotura de la epidermis: la epidermis del envés de las hojas se rompe transversalmente en diferentes puntos. La epidermis se enrolla hacia afuera, quedando así el tejido expuesto. Normalmente en estas heridas se establecen microorganismos que provocan pudriciones.

10. RECOLECCIÓN.

El momento óptimo de corte generalmente coincide cuando el capullo se ve coloreado. Pero si la producción se destina a los mercados locales, el corte se realizará con los tépalos bien coloreados. Si el destino es lejano los tulipanes se recolectarán cuando el capullo empieza a virar de color; para facilitar de este modo la manipulación, transporte y duración en jarrón.
Normalmente esta operación se efectúa de forma manual, arrancando la planta completa (incluido el bulbo).
Se recomienda cosechar a primeras horas de la mañana, ya que los tejidos de la planta están más turgentes.
El periodo de recolección depende el cultivar y de la fecha de plantación, aunque normalmente durante los meses fríos la recolección dura más tiempo que durante los meses cálidos.
El rendimiento esperado es de un tallo floral por bulbo, sin embargo el rendimiento real disminuye, considerándose adecuado si oscila entre 85-90% de la cosecha esperada.

11. CONSERVACIÓN.

11.1. Bulbos.

En el caso de los cultivos de bulbos la recolección tendrá lugar cuando las hojas se tornen de color amarillo, ya que se detiene la asimilación por parte de las hojas.

Secado: puede realizarse sobre el propio terreno de cultivo, aunque normalmente se realiza en cámaras climatizadas, durante una semana a 20-25ºC con una humedad relativa del 70-80%.
Clasificación manual, limpieza y calibrado: se realizará con calibradores especiales de alveolos o con arcos metálicos.
Almacenamiento: tendrá lugar en un local seco y bien ventilado, a una temperatura de 20ºC y 70% de humedad relativa.
Tratamiento térmico: se destina a la «preparación» de bulbos y tiene lugar justo después del calibrado.

11.2. Flores.

Después del corte y antes del embalaje tiene lugar la clasificación de las varas florales según las normas de calidad vigentes.
Los tulipanes se suelen presentar en paquetes de 10 tallos, protegidos en papel. Siendo las varas uniformes en grado de apertura, rigidez y longitud.
Previamente las flores son colocadas en agua, ya que el tulipán en este medio continúa creciendo tanto en longitud como en grosor, aunque puede provocar que los tallos se curven.
El transporte se realizará a 4-5ºC, manteniendo los tulipanes en posición horizontal, para evitar que los tallos se doblen.


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