El cultivo de la Rosa

1. TAXONOMÍA Y ORIGEN

Familia Rosaceae
Especie Rosa
Género R. chinensis
R. gigantea
Nombre común Rosa

El género Rosa comprende más de 200 especies nativas del hemisferio norte. No se conoce la cantidad real debido al gran número de hibridaciones pero se calcula que pueden existir unas 40000 variedades. Actualmente, las variedades comerciales de rosa son híbridos de especies de rosas ya desaparecidas.

Rosa gigantea. Fotografía: Yousuke
foto rosa gigantea fotografia yousuke
2. MORFOLOGÍA

Los rosales son plantas arbustivas, algunas trepadoras, con tallo generalmente espinoso que alcanzan de 2-5m de altura.- Tallo: Presentan tallos semileñosos, casi siempre erectos (en ocasiones son rastreros), de textura, en su mayoría rugosa y escamosos, con notables formaciones epidérmicas de variadas formas, estípulas persistentes y bien desarrolladas (espinas).- Hoja: Sus hojas pueden ser perennes o caducas, pecioladas, compuestas e imparipinnadas, con foliolos de margen serrado (5-11 foliolos). Por lo general, suelen presentar glándulas anexas sobre los márgenes que pueden ser odoríferas o no.

 Flor: Debido a la gran cantidad de hibridaciones, existen flores de diversas formas y características diferentes. Por lo general, son hermafroditas, con simetría radial, perianto bien desarrollado y se disponen de forma solitaria o en inflorescencias en corimbo.

 Fruto: Es conocido como cinorrodón. Se trata de un poliaquenio encerrado en un receptáculo carnoso, oval y de color rojizo en su madurez.

2.1. Clasificación

Según la Clasificación de la Federación Mundial de la Rosa, existen principalmente tres grupos:

– Especies silvestres: Son aquellos rosales que crecen en la naturaleza, y de las cuales descienden la mayoría de las rosas existentes en el mercado. Dentro de este grupo se encuentran, entre otras, las siguientes especies: Rosa banksiaeRosa caninaRosa centifoliaRosa eglanteriaRosa gallicaRosa rugosaRosa virginiana y Rosa multiflora.

Rosa banksiae. Fotografía: Stefano
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Rosa canina. Fotografía: Garry Knight
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Rosa centifolia. Fotografía: Patrick Nouhailler
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Rosa eglanteria. Fotografía: Lostinfog
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Rosa gallica. Fotografía: Malcolm Manners
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Rosa rugosa. Fotografía: TANAKA Juuyoh
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Rosa multiflora. Fotografía: Mrs. Ge,stone
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– Rosales Antiguos: Son aquellas variedades anteriores al año 1867. Se caracterizan por ser especies fuertes, robustas y presentar menos problemas de plagas y enfermedades. Éstos, a su vez se clasifican en: 1) Trepadoras (Ayrshire (rosal arvensis), Boursault, Trepador de Té, Noissette y Sempervirems) y 2) No trepadoras (Alba, Borbonianos, Boursault, de China, Damascenos, Gallica, Hibridos Perpetuos, Mosquetas, Portland, Centifolia, Eglanteria y de Té).

– Rosales Modernos: Son aquellas variedades posteriores a 1867 y son los más populares en la actualidad. Dentro de este grupo se clasifican en: Híbridos de Té, Floribundas, Glandifloras, Polyanthas, Miniatura, Minifloras, Trepadoras y Arbustivas.

– Híbridos de Té: Este grupo surgió de sucesivos cruzamientos entre Rosa indica y Rosa gallica. Son plantas de porte erecto, poco ramificadas y con una altura de 0,6 a 1,3m. Sus flores son grandes, simples o en racimos, formadas en el ápice del tallo y con una amplia gama de colores. Existen numerosas variedades, algunas de ellas destinadas únicamente a flor cortada.

 Floribundas: Es el segundo grupo más popular después de los Híbridos de Té. Son plantas de porte bajo (0,5m aproximadamente), con flores pequeñas que pueden ser simples, semidobles o dobles agrupadas en racimos. La versatilidad de las variedades de rosas y la facilidad de poder ser injertadas ha dado origen a diferentes tipos de plantas y usos:

1. Rosal de pie alto: Variedades de rosa injertadas sobre un tallo de rosal silvestre de 0,5-1m de altura.
2. Rosal llorón: Variedades de rosal sarmentoso (trepadores) injertadas en troncos de rosal silvestre seleccionado, a una altura de 1,60 m. Sus ramas flexibles se sitúan próximas al tronco, llegando hasta el suelo.
3. Rosales paisajísticos: De altura variable según la especie, en su mayoría florecientes, fuertes y rústicos. Según la variedad, las flores pueden ser grandes, medianas o pequeñas.

– Glandifloras: Son plantas de gran porte y crecimiento erecto, llegando a alcanzar los 2m de altura. Las flores están dispuestas en corimbo y son de menor tamaño que en los dos grupos anteriores.

– Polyanthas: Son arbustos compactos, de porte bajo, con flores pequeñas, simples o dobles, dispuestas en corimbos.

– Miniatura: Son arbustos de porte bajo (0,5m aproximadamente), con flores pequeñas, simples o dobles, agrupadas en 3-11 flores en corimbo.

– Trepadoras o sarmentosas: Son arbustos de tallos largos y débiles, con flores en grupos de 3-20 flores o dobles. Estas variedades necesitan un soporte (muro, pérgola, etc.).

– Arbustivas: Son plantas que ramifican desde el nivel del suelo, pudiendo alcanzar hasta 3m de altura, con flores simples o dobles, dispuestas en solitario o agrupadas en racimos.

Arbustivos Clásicos: Híbridos de Rugosa, Híbridos de Kordesii, Híbridos de Moyesii e Híbridos de Moschata.
Arbustivos Modernos: Rosas Inglesas de David Austin.

Según el tamaño de las flores y el color de las mismas, los cultivares se clasifican en:

– Rosas grandes: (80% de la producción)
1. Rojas (40-60% de la demanda): First Red, Dallas, Royal Red, Grand Gala, Koba, Red Velvet.
2. Rosas (20-40% de la demanda): Anna, Noblesse, Vivaldi, Sonia, Omega, Versilia…
3. Amarillas: Golden Times, Texas, Starlite, Live.
4. Naranjas: Pareo.
5. Blancas: Virginia, Tineke, Ariana.
6. Bicolores: Candia, Simona, Prophyta, La Minuette.

– Multiflores (spray): Mini (diferentes colores), Golden Mini, Lidia (rosa), Nikita (rosa).

3. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS

 Temperatura: Para la mayoría de los cultivares, el rango de temperatura óptimo oscila entre los 17-25ºC, con una mínima de 15ºC durante las noche y una máxima de 28ºC durante el día.

Las rosas son muy sensibles a los cambios de temperatura, de manera que bajas temperaturas pueden retrasar el crecimiento de la planta, incrementar el número de botones ciegos y producir flores con gran número de pétalos y deformes en caso de abrir. Temperaturas excesivamente altas también dañan a la producción, provocando un elevado incremento de botones ciegos y apareciendo flores más pequeñas de lo normal, con escasos pétalos y de color más cálido.

 Humedad: Debe existir un porcentaje de humedad relativa óptimo para favorecer la apertura de los estomas, el incremento gaseoso y evitar la aparición de enfermedades.

Por lo general, la humedad relativa debe oscilar entre el 60-70%, excepto en algunos periodos del ciclo como después de: 1) Plantación, donde requiere mayor humedad para estimular el crecimiento y disminuir las pérdidas por evapotranspiración y 2) Poda, para estimular la formación de yemas y el crecimiento (la HR debe oscilar en torno al 85-90%).

Niveles inferiores al 60% pueden producir daños por deshidratación e incremento de plagas como ácaros.

La humedad relativa del invernadero se debe regular mediante ventilación y nebulización.

 Luz: La rosa es un planta de día largo. Por tanto, en los meses de verano, cuando prevalecen elevadas intensidades luminosas y larga duración del día, la producción de flores es más alta que durante los meses de invierno.

La intensidad lumínica es la responsable de la longitud y dureza del tallo, así como del número y tamaño de las flores. Una baja intensidad lumínica ocasiona tallos largos, finos, flexibles y con un menor número de flores, acompañado de un mayor desarrollo de brotes ciegos.

A pesar de tratarse de una planta de día largo, es necesario el sombreo durante el verano e incluso en primavera y en otoño, dependiendo de la climatología del lugar. Elevadas intensidades lumínicas van acompañadas de una alta radiación solar. Dicho sombreo se debe aplicar de forma progresiva.

En lugares, donde la intensidad lumínica es baja durante el invierno, es conveniente la aplicación de luz artificial. No obstante, siempre hay que estudiar los diferentes aspectos económicos para determinar la rentabilidad. Por ejemplo, en Holanda se aplica luz artificial durante 16 horas, con una intensidad de 3000 lux (con lámparas de sodio). De esta forma, mejora la producción invernal tanto en calidad como en cantidad.

 Sustrato: Requieren de sustrato suelto, rico en materia orgánica y buena capacidad de aireación y drenaje, ya que sus raíces son muy sensibles al encharcamiento. El pH debe oscilar entre 6-7, aunque depende del portainjerto utilizado.

Las rosas no toleran elevados niveles de calcio. De hecho, si este elemento se aplica en exceso, muestra rápidamente clorosis. Tampoco soportan elevados niveles de sales solubles, siendo la máxima tolerancia de 3dS/m. El exceso de sales provoca quemaduras en los márgenes de las hojas.

4. PROPAGACIÓN

La propagación del rosal se puede llevar a cabo tanto de forma sexual como asexual, mediante estacas e injertos.

– Propagación sexual: Este método se aplica especialmente para el mejoramiento genético de nuevas variedades y para la obtención de portainjertos.

– Propagación asexual: Este método se puede realizar mediante estacas e injertos.

1. Propagación por estacas: Para llevar a cabo este método, se deben seleccionar estacas a partir de vástagos florales que han desarrollado flor. De este modo, se asegura que el brote productor es de la variedad elegida. Además, los brotes sin flor son menos vigorosos, por lo que poseen menos reservas para el enraizamiento.

Las estacas seleccionadas pueden tener dos, tres o más yemas, dependiendo de la disponibilidad de material. A continuación, la base de las estacas se sumerge en un compuesto a base de hormonas enraizantes antes de proceder a la colocación de las mismas en el banco de propagación.

En el banco de propagación se debe disponer de un sustrato de vermiculita o con propiedades similares, donde se colocan las plantas en hileras con un marco de plantación de 2,5-4×7,5cm. Además, se debe mantener una elevada humedad relativa y una temperatura constante entre 18-21ºC. En estas condiciones, el enraizamiento tiene lugar al cabo de 5-6 semanas, dependiendo de la época del año y de la naturaleza del vástago.

Finalmente, se procede al trasplante en macetas de 7,5cm o directamente al suelo del invernadero.

1. Propagación por injerto: Existen dos métodos de injerto utilizados en rosal: 1) Injerto de yema o de escudete y 2) Injerto de vareta, siendo éste último rara vez utilizado para la producción de flor de corte, ya que requiere un largo periodo de tiempo.

La elección del patrón depende del tipo de variedad que se desee y de las condiciones del cultivo. Las plantas de donde se obtienen los patrones deben ser tratadas con calor, para así eliminar posibles enfermedades. En climas mediterráneos, a finales de septiembre se deben cortar brotes de 20-21cm de longitud, se les quitan las espinas y se sumergen en una solución de hipoclorito sódico (1/3 de 1%) durante 15 minutos. A continuación, se eliminan las yemas inferiores de las estacas, dejando tres en el extremo superior. Antes de ser colocados en el terreno, previamente desinfectado, se debe tratar con hormonas enraizantes.

La plantación se realiza en surcos (separados a 122cm) con estacas distanciadas a 13cm. Ésta se debe realizar desde mediados de noviembre hasta mediados de diciembre, dando un riego inmediatamente después de la misma.

En España, el injerto de yema (unión de un patrón con una yema de la variedad deseada), normalmente se realiza a mitad de junio, cuando el grado de enraizamiento es suficiente y la corteza se puede desprender fácilmente. Éste se realiza a partir de una incisión en forma de “T” hasta la profundidad del cambium y bajo los brotes del patrón. Seguidamente, se inserta sobre las solapas que forman la “T” la yema procedente del cultivar deseado, procurando un sistema de sujeción adecuado por encima y por debajo de ésta.

Al cabo de 3-4 semanas, se corta aproximadamente 1/3 del patrón por encima del injerto y se rompen las puntas, las cuales serán eliminadas 3 semanas después, cuando se extraigan los patrones del suelo. Las plantas se limpian y se clasifican según su calidad (desarrollo del sistema radicular, crecimiento de la planta, etc.), se empaquetan y se almacenan en frío (0-2ºC) hasta que se transportan al floricultor entre enero y junio.

Para el injerto de yema, el patrón más común es Rosa manetti y, ocasionalmente R. odorata. En zonas más frías como Holanda, se utiliza R. canina.

5. TÉCNICAS DE CULTIVO

5.1. Cultivos para flor cortada

5.1.1. Cultivo en suelo

 Preparación del suelo: Es conveniente realizar una labor de subsolado (mínimo 40cm) con el fin de mantener un terreno suelto para el correcto desarrollo de las raíces. Seguidamente, se debe proceder a la nivelación del mismo.

En el caso de realizar un abonado de fondo, es necesario un análisis previo del suelo. Si dicho abonado, se decide realizar con materia orgánica, es necesario que esté compostado, pues de lo contrario la planta puede sufrir daños e incluso morir. Después dicho abonado, se debe realizar un riego abundante.

También resulta conveniente la desinfección del suelo, sobre todo en suelos donde se ha cultivado previamente rosa. Esta desinfección, se puede llevar a cabo con calor, vapor de agua, o incluso por medio de productos químicos autorizados. No obstante, la biofumigación es un método de desinfección muy efectivo.

Por último, se procede a la construcción de camas para la plantación. Éstas deben tener de 0,2-0,4m de alto, 1-1,2m de ancho y una distancia de 0,5m mínimo entre ellas.

 Plantación: La plantación se puede realizar en cualquier época del año si la plántula viene en cepellón. En España, la época óptima de plantación a raíz desnuda es de junio a septiembre.

Tras recibir las plantas, la plantación se debe realizar lo antes posible para evitar su desecación. Por lo contrario, se deben almacenar en cámaras frigoríficas a 0-2ºC.

Previo a la plantación, se deben colocar las plantas en un lugar fresco y sin corrientes de aire durante dos o tres días antes, y desinfectar sus raíces con fungicidas.

Es conveniente, realizar una zanja en mitad de la cama y cubrirla de agua. Seguidamente, se debe proceder a la colocación de las plantas sobre dicha zanja, manteniendo el punto de injerto a 5cm por encima del suelo. Normalmente, las plantas se colocan en dos hileras con un marco de plantación de 40×20 ó 60×12,5cm.

– Formación de la planta: Existen dos tipos de conducción para la formación de la planta:

1. Tradicional o de porte alto: Este tipo de formación consiste en dejar que desarrollen flor las primeras brotaciones. A continuación, se debe cortar sobre la primera hoja de cinco foliolos (hoja verdadera) desde el ápice a la base. De esta forma, se ve favorecida la brotación de al menos tres yemas. Por último, estas nuevas brotaciones se deberán cortar dejando dos o tres yemas.

2. Doblado-porte bajo: Este tipo de formación consiste en doblar los tallos débiles o ciegos, con el fin de aumentar la parte vegetativa de la planta y consecuentemente su capacidad fotosintética, producción y calidad de la misma.

Una vez desarrollado el primer brote, se debe dejar que los tallos débiles lignifiquen. Posteriormente se procede al doblado, a la altura de las hojas que se encuentran a 4-8cm de la base del tallo. Este tallo debe quedar unido a la planta mientras esté sano.

 Entutorado: Esta labor se realiza conforme va creciendo el cultivo. Para ello se utilizan estacas de madera dura colocadas en los extremos de las camas o alambres tensados a cada lado de la misma.

 Poda: Se recomienda realizar la poda después de la cosecha. Se debe efectuar sobre la segunda o tercera hoja de cinco foliolos desde la base del tallo. Es importante no realizar el corte sobre una yema situada en una hoja de tres foliolos, pues ésta no produce flor.

 Desbrotado y desbotonado: Esta labor se realiza para obtener una flor de alta calidad por tallo. El desbrotado consiste en eliminar los brotes laterales que crecen del tallo principal. En cambio, el desbotonado consiste en eliminar la porción del tallo por debajo de la primera hoja verdadera (cinco foliolos) desde el extremo, ya que las yemas situadas en la mitad inferior del tallo darán lugar a flores con tallo largo.

– Riego: Se deben aplicar riegos frecuentes y de corta duración, evitando el encharcamiento.

La escasez de agua produce brotaciones menos vigorosas, disminución del área foliar, aumento de posibles desequilibrios nutricionales y problemas por exceso de sales. Por el contrario, el exceso de agua provoca clorosis y caída de hojas.

– Fertirrigación: La fertilización se realiza a través del riego, teniendo en cuenta el abonado de fondo, en el caso de haberse realizado. Por otro lado, también es conveniente controlar los parámetros de pH y conductividad eléctrica, así como la realización de análisis foliares.

El pH debe regularse con la adición de ácido y teniendo en cuenta la naturaleza de los fertilizantes. Si éste tiende a aumentar, la aplicación de sulfato de hierro da buenos resultados.

Tabla. Niveles de referencia de nutrientes en hoja. Se toman como referencia los de la primera hoja totalmente madura debajo de la flor (Hasek, 1988):

Macroelementos Niveles deseables (%)
Nitrógeno 3,00-4,00
Fósforo 0,20-0,30
Potasio 1,80-3,00
Calcio 1,00-1,50
Magnesio 0,25-0,35
Microelementos Niveles deseables (ppm)
Zinc 15-50
Manganeso 30-250
Hierro 50-150
Cobre 5-15
Boro 30-60

Las fuentes de nitrógeno que suelen aplicarse son el nitrato amónico (NH4NO3) o sulfato de amonio ((NH4)2SO4), aunque se ha de tener en cuenta que son altamente ácidas. El potasio frecuentemente se aplica como nitrato de potasio (KNO3), el fósforo como ácido fosfórico (H3PO4) o fosfato monopotásico (KH2PO4) y el magnesio como sulfato de magnesio (MgSO4).

La falta de cualquier elemento esencial, puede provocar la disminución del crecimiento y la menor cantidad y calidad de flores.

– Ventilación y enriquecimiento de CO2Los niveles de CO2 son limitantes para el crecimiento de esta planta. Por ello, bajo condiciones de invierno en climas fríos, donde las temperaturas a primera hora de la mañana son bajas y no es conveniente la ventilación, es necesaria la aportación de CO2 a 1000ppm, para el óptimo crecimiento de la planta.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que las rosas requieren de humedad relativa elevada, la cual ha de regularse mediante ventilación y nebulización o humedecimiento de los pasillos durante las horas más cálidas del día.

Puede UD encontrar abonos para esta planta en este enlace

5.1.2. Cultivo hidropónico

En los últimos años, el cultivo sin suelo se está convirtiendo en una alternativa muy aconsejable para el cultivo del rosal.

Las técnicas de cultivo de rosas sin suelo más utilizadas son por medio de lana de roca y canalones. En éstos últimos se puede colocar perlita, arena, cortezas y fibras vegetales.

El suelo del invernadero debe estar nivelado para permitir una irrigación regular (pendiente del 0,5%). Por lo general, se suele recubrir totalmente con una tela para así evitar posibles contaminaciones a partir de la tierra. Los sacos de cultivo, se deben colocar en módulos de 1-2m de longitud, 7,5-10cm de espesor y 15-20cm de ancho. Algunos productores instalan dichos sacos de cultivo sobre los caballones o los canales a 50-80cm de altura para facilitar la recolección y los tratamientos y mejorar las condiciones sanitarias.

Debido al débil espesor del sustrato (7,5-10cm), las plantas serán más pequeñas que en el cultivo tradicional. Después de la plantación (normalmente en marzo en climas mediterráneos) y durante 4-5 semanas, la planta crece naturalmente. Dependiendo del cultivar en cuestión hay que intervenir para formar una estructura arqueada que favorezca la formación de maderas sobre las cuales se suprimen los botones florales. Después de 1-2 pinzamientos, la recolección de las primeras flores tiene lugar mes y medio más tarde.

En el caso del cultivo en canalones sobre perlita, es diferente la elección de las plantas que son parecidas a las utilizadas para el cultivo tradicional en tierra.

En la multiplicación se emplean 2 técnicas: 1) Esquejado del cultivar (franco de pie) y 2) semi-injerto. El primer caso se realiza con esquejes tomados de brotes con hojas (normalmente con una hoja), dispuestos directamente en el contenedor de comercialización. En el segundo caso, se realiza el injerto inglés o de lengüeta, realizado también sobre un esqueje tomado de un brote con hojas. El mini-injerto se lleva a cabo en ciertos cultivares que se multiplican difícilmente por esquejado, como es el caso del cultivar Dallas.

Ventajas e inconvenientes del cultivo hidropónico


Ventajas

1. Permite un marco de plantación más reducido, concentrando así más plantas por metro cuadrado. Como consecuencia de ello, la productividad es superior en relación con el cultivo tradicional (incremento entre el 10-30%, según cultivares).
2. El consumo de agua es menor que en cultivo en suelo. Además, las pérdidas por evaporación se reducen.
3. El estado sanitario es mejor que en cultivo en suelo, ya que los sustratos utilizados son inertes y están desinfectados.
4. El cultivo en sustrato permite un control más exhaustivo de los nutrientes aportados.

Inconvenientes

El cultivo depende en su totalidad del productor.
La inversión inicial es más elevada que en cultivo en suelo. 

6. PLAGAS Y ENFERMEDADES

6.1. Plagas

 Araña roja (Tetranychus urticae): Se trata de la plaga más grave en el cultivo del rosal. Se desarrolla, principalmente, cuando la humedad relativa en el ambiente es baja y las temperaturas elevadas. Los síntomas se manifiestan con la presencia de un punteado o manchas finas amarillentas en el haza de las hojas. Posteriormente, estas punteaduras se tornan de color marrón y se abarquillan, ocasionando finalmente, la desecación y caída de la hoja. Es frecuente encontrar finas telarañas en el envés de las hojas afectadas.

Para evitar la propagación de esta plaga se debe llevar a cabo una serie de medidas preventivas:
1. Aumento de la humedad relativa.
2. Manejo de material vegetal sano.
3. Eliminación de malas hierbas y material infestado.
4. Adecuado marco de plantación, de forma que no exista contacto entre plantas consecutivas.
5. Evitar exceso de abono nitrogenado.
6. Uso de plantas cebo.

Otro método de control es la lucha biológica mediante la utilización del ácaro depredador Phytoseiulus persimilis.

Si la infestación es severa, será necesaria la intervención química.

 Pulgón (Macrosiphum rosae): Su desarrollo se ve favorecido con ambientes secos y no excesivamente calurosos. Se trata de una plaga que afecta principalmente, al os vástagos jóvenes o a las yemas florales. Los síntomas se manifiestan con manchas descoloridas y deformaciones en los tejidos afectados. Además, segregan una sustancia azucarada donde se desarrolla el hongo negrilla, que a su vez atrae a las hormigas.

Para el control de esta plaga, se deben aplicar medidas preventivas. Cuando la población es baja, la lucha biológica resulta efectiva para bajar dicha población. Adalia bipunctata y Aphidius colemani son buenos depredadores de esta plaga.

Se debe recurrir al control químico, con productos autorizados y compatibles con la fauna auxiliar, cuando la población de la plaga es alta.

 Trips (Frankliniella occidentalis): Se trata de una plaga que se introduce, especialmente, en los botones florales cerrados, desarrollándose entre los pétalos y en los ápices de los vástagos. Los síntomas que se manifiestan son unas punteaduras de color blanco, y posteriormente deformaciones en las flores.

Para el control de esta plaga, es conveniente la realización de de medidas preventivas. Entre ellas destacan la colocación de trampas adhesivas azules a la altura del cultivo, eliminación de malas hierbas, empleo de mallas antitrip, etc.

El empleo de lucha biológica con Amblyseius swirskii u Orius resulta efectivo en invernaderos.

Para el control químico son convenientes las pulverizaciones, de forma que la materia activa penetre en las yemas. Dicho tratamiento, se debe realizar alternando distintas materias activas.

– Nematodo (Meloidogyne sp., Pratylenchus sp., Xiphinema sp.): Los nematodos forman unas nudosidades en las raíces, disminuyendo así, el aporte nutricional a la planta y provocando una detención en el crecimiento. Si la infección es avanzada, la planta se marchita y muere. Son un gran problema si se repite el cultivo sobre suelos no desinfectados.

Las prácticas de control incluyen el uso de medios de cultivo sin suelo, pasteurización con vapor, material vegetal libre de enfermedades, resistencia genética y evitar la contaminación. Como control químico se puede realizar tratamientos puntuales con productos autorizados.

6.2. Enfermedades

– Mildiu velloso o tizón (Peronospora sparsa): Es una de las enfermedades más peligrosas del rosal. Se trata de un hongo que se desarrolla bajo condiciones de elevada humedad y temperatura. Los síntomas se manifiestan en manchas irregulares de color marrón o púrpura sobre el haz de las hojas, peciolos y tallos, en las zonas de crecimiento activo. En el envés de las hojas, se pueden observar los cuerpos fructíferos del hongo, apareciendo pequeñas áreas grisáceas.

Para el control de esta enfermedad se debe realizar medidas preventivas como: mantener una buena ventilación del invernadero; utilización de material vegetal sano; evitar películas de agua sobre la planta; desinfectación de sustrato, herramienta de poda; etc.

Se deben realizar, también, tratamientos preventivos como productos autorizados.

 Oidio (Sphaerotheca pannosa): Esta enfermedad se ve favorecida por altas humedades relativas y altas temperaturas. Los primeros síntomas se manifiestan con la aparición de manchas blancas en las hojas más jóvenes, como consecuencia del micelio que forman las hifas de este hongo. Conforme se va extendiendo la enfermedad, se produce la deformación, arrugamiento y caída de dichas hojas. También afecta a los tallos tiernos y a los botones florales, aunque por lo general, los pétalos de las flores una vez abiertas no se ven afectados.

Para esta enfermedad, es muy importante el control preventivo, ya que las infecciones severas son muy costosas de eliminar. Para ello, se debe mantener el control de temperatura y humedad; evitar la suculencia de los tejidos; eliminación de los tejidos infectados; desinfectación de herramientas; etc.

Como control químico, se recomienda realizar tratamientos con productos a base de azufre.

 Roya (Phragmidium disciflorum): El desarrollo de Phragmidium disciflorum se ve favorecido por las bajas temperaturas y elevadas humedades relativas. Los síntomas se manifiestan con un crecimiento fúngico grisáceo sobre hojas, flores, tallo, etc. Generalmente, esta enfermedad se caracteriza por la aparición de pústulas de color naranja en el envés de las hojas.

Para su control, se debe controlar las condiciones ambientales, desinfectar todo tipo de material, controlar la fertilización nitrogenada (ya que un exceso favorece su aparición) y realizar tratamientos preventivos con productos autorizados.

– Moho gris (Botrytis cinerea): Este hongo necesita tejidos heridos o senescentes para afectar a la planta, así como humedad ambiental y temperatura elevada. Su aparición da lugar a un crecimiento fúngico gris sobre hojas, tallos, flores, etc.

El control de este hongo es muy importante debido a su capacidad para sobrevivir como saprófito. Se debe evitar el exceso de humedad, ya sea disminuyendo la dosis y frecuencia de riego, espaciando las plantas o ventilando. También es conveniente retirar tejidos enfermos, cortándolos a ras de tallo utilizando siempre herramientas desinfectadas.

Si el ataque es severo, se debe recurrir al control químico. Se recomienda alternar productos de diferentes grupos sistémicos.

– Agallas o tumores (Agrobacterium tumefaciens): Se trata de una bacteria que penetra desde el suelo por las raíces o a través de tumores en condiciones de humedad. Aparecen agallas normalmente en el tallo, hasta una altura de 50cm sobre el suelo, y ocasionalmente en las hojas y tallos. Las agallas aparecen como pequeñas masas de tejido calloso, que posteriormente se agrandan.

Si el ataque es severo, las plantas afectadas por esta enfermedad se deben desechar. Se tratarán con productos cúpricos y se procederá a la desinfección del suelo con vapor.

El control biológico de la agalla de corona es posible utilizando Agrobacterium radiobacter, cepa K84.

– Mosaicos foliares: Esta denominación agrupa a diversas manifestaciones virales que afectan al follaje del rosal. El síntoma más común consiste en líneas cloróticas discontinuas en zig-zag, generalmente dispuestas asimétricamente con relación al nervio medio. Estas alteraciones cromáticas pueden venir acompañada de deformaciones en el limbo.

En una misma plantación, el grado de exteriorización y la severidad de los síntomas varían de un año a otro y no apareciendo nunca sobre el total del follaje, limitándose a algunas ramas, o pisos de hojas situados sobre la misma rama, quedando las demás partes del vegetal aparentemente sanas.

Aunque la incidencia viral sobre el crecimiento de los individuos enfermos no sea siempre evidente en el cultivo, algunos estudios han citado retrasos en la floración y reducción de la longevidad de las plantas.

La prevención contra las enfermedades víricas se basan en combatir los agentes que propagan la infección (pulgones, ácaros, trips, etc.); la limpieza de malas hierbas huéspedes dentro y fuera del invernadero y en evitar la transmisión mecánica, pues en ocasiones esta última suele ser la única vía de contaminación. Por tanto, las medidas preventivas a tener en cuenta son las siguientes:

* Eliminación de las plantas enfermas y de las plantas sospechosas.
* Las herramientas empleadas en la multiplicación, recolección de flores y cortes de hojas, deberán esterilizarse.
* No emplear sustratos contaminados de raíces infectadas, ni aguas de drenaje de plantas viróticas.
* Hacer test cada dos o tres años cuando se introducen nuevas variedades.

7. FISIOPATÍAS

 Caída de hojas: La caída de hojas puede tener su origen en diversas causas. Por un lado, cualquier cambio brusco en el nivel de crecimiento puede determinar cierto grado de defoliación. El área situada alrededor de los peciolos se expande rápidamente, aumentando el diámetro del tallo en ese punto. Sin embargo, la base de los peciolos que no presentan tejido meristemático no pueden expandirse, causando la ruptura del tejido del peciolo y, por consiguiente, la caída de la hoja.

Las enfermedades que dan lugar a la producción de etileno también pueden causar la defoliación. Este mismo efecto también se produce con la presencia de gases como el dióxido de azufre y el amoníaco.

– Tallos ciegos: Son tallos que no desarrollan flor debido a una insuficiente iluminación o a altas temperaturas durante el crecimiento.

– Pétalos oscuros: Se debe al oscurecimiento de los pétalos externos como consecuencia de una alta irradiación solar.

– Cuello doblado o cabeceo: Se origina cuando se corta el pimpollo demasiado cerrado, debido a la falta de lignificación de los tejidos vasculares del pedúnculo.

– Distorsión y enroscamiento de hojas y tallos jóvenes:
 Son consecuencia de frecuentes fitotoxicidades causadas por herbicidas.

8. RECOLECCIÓN

La recolección se debe realizar a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Por lo general, el corte de las flores se lleva a cabo en distintos estadíos, dependiendo de la época de recolección.

Cuando las condiciones son favorables (primavera-verano), la mayor parte de las variedades se cortan cuando los sépalos del cáliz son reflejos y los pétalos aún no se han desplegado. Sin embargo, cuando las condiciones son desfavorables (invierno), el corte de las flores se realiza cuando están más abiertas, aunque con los dos pétalos exteriores sin desplegarse. Si se cortan demasiado inmaduras, los botones pueden marchitarse y la flor no se endurece, ya que los vasos conductores del pedúnculo aún no están suficientemente lignificados.

En todo caso, siempre se debe dejar el tallo después del corte con 2-3 yemas que correspondan a hojas completas (5-7 foliolos). Si se corta demasiado pronto, pueden aparecer problemas de cuello doblado como consecuencia de una insuficiente lignificación de los tejidos vasculares del pedúnculo floral.

9. POSTCOSECHA

Una vez cortadas las flores, los factores que pueden favorecer la marchitez de las rosas son: dificultad de absorción y desplazamiento del agua por los vasos conductores, incapacidad del tejido floral para retener agua y variación de la concentración osmótica intracelular.

Los tallos cortados se deben colocar en bandejas con solución nutritiva y deben ser llevados fuera del invernadero lo antes posible para evitar la marchitez por transpiración de las hojas. Seguidamente, se eliminan las hojas y espinas de los últimos 10cm para su posterior clasificación.

Las rosas son clasificadas según la longitud de la vara, el aspecto de las hojas y el tamaño del pimpollo, entre otros parámetros.

Calidad Rosas grandes Rosas mini
Longitud de la vara (cm)
EXTRA 80-90 60-70
PRIMERA 70-80 50-60
SEGUNDA 60-70 40-50
TERCERA 50-60 30-40
CORTA 40-50 <30

Dicha clasificación se puede realizar de forma manual o mecanizada. Actualmente existen numerosas procesadoras de rosas que realizan el calibrado. Estas máquinas cuentan con varias seleccionadoras para las distintas longitudes. Contrariamente a la operación anterior, la calidad de la flor solo se determina manualmente.

Una vez clasificadas, se procede a la agrupación de éstas en paquetes de 25 flores cada uno y son enfundadas con un film de plástico o cartón corrugado. Finalmente son colocadas, con una solución preservante, en cámaras frigoríficas a 0-1ºC. La solución preservante puede contener 200ppm de sulfato de aluminio o ácido nítrico junto con azúcar al 1,5-2%.

Fuente: Redacción Infoagro


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