La palabra Bonsái tiene su origen en Japón, significa literalmente bon (bandeja) y sai (naturaleza) y consiste en el arte de cultivar árboles y plantas, reduciendo su tamaño mediante técnicas, como el trasplante, la poda, el alambrado, el pinzado, etc., y modelando su forma para crear un estilo que nos recuerde una escena de la naturaleza.
El arte del bonsái se originó en China hace unos dos mil años, como objeto de culto para los monjes taoístas. Para ellos era símbolo de eternidad, el árbol representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra.
Un bonsái no es una planta genéticamente empequeñecida. Se mantiene pequeña dándole forma, podando el tranco, las hojas y las raíces cada cierto tiempo, dependiendo de la especie. Si se cultiva adecuadamente, sobrevivirá el mismo tiempo que un árbol normal de la misma especie, pero si se hace de forma incorrecta, probablemente morirá.
La obtención de bonsáis se puede hacer de dos formas:
Por semillas
La mayoría de los árboles que se utilizan para bonsáis son de crecimiento lento y obtenerlo desde semilla puede ser desesperante para casi todos. Cultivándose en maceta desde el principio nos llevará prácticamente a desistir, ya que el tronco de nuestro bonsái prácticamente no engordará. Para el engorde del tronco, debemos tenerlo primeramente en tierra, para después pasarlo a maceta cuando lo creamos conveniente.
Por esquejes es más rápido conseguir nuestro bonsái, los esquejes se obtienen de la poda de las ramas de árboles normales, de bonsáis o pre-bonsáis. Esas ramas se recortan en estacas a la altura que deseemos, y lo plantaremos con hormonas enraizantes (en el corte y nódulos) que favorecen el crecimiento de raíces.
Por injerto
El injerto es un método en el que una porción de tejido procedente de una planta o árbol se une a otro ya asentado, de tal modo que el conjunto de ambos crezca como un solo organismo. El injerto sólo es posible entre especies más o menos estrechamente relacionadas, puesto que de otro modo los tejidos resultan incompatibles y la conexión vascular necesaria para la supervivencia de la variedad no se realiza. Normalmente el límite está dado por la pertenencia a un mismo género, aunque existen excepciones; géneros estrechamente emparentados, como algunos de las rutáceas o las cucurbitáceas, pueden funcionar como pie para especies afines. En la mayoría de los casos, una de las variedades se selecciona como raíz por su resistencia, y el tallo de la especie elegida como variedad se injerta sobre esta base. En otros casos, una yema de la variedad se injerta lateralmente en el tronco del patrón, y sólo después de asegurarse la fusión exitosa se corta este último.
Por acodo
El acodo es un método muy utilizado, consistente en la capacidad que tienen los árboles y plantas para generar o producir raíces en zonas de tronco o ramas que han quedado enterradas. Básicamente consiste en pelar un anillo de corteza hasta la madera, se coloca hormonas enraizantes alrededor de ese anillo y se cubre con tierra, para después sujetar o cerrar con tela, plástico o una redecilla. Después de unos pocos meses, dependiendo de la especie tendremos raíces suficientes como para cortar y plantar el nuevo árbol o planta. Antes de efectuar ese corte, debemos asegurarnos muy bien de que tiene las suficientes raíces a la altura del acodo como para que pueda nutrirse y sobrevivir, si tenemos dudas, es mejor dejarlo un periodo más largo. La mejor época para los acodos suele ser en primavera.
En viveros
Es la forma más rápida y efectiva para conseguir un futuro bonsái. Hay que buscar en el vivero que es lo que queremos comprar. Tenemos que tener muy en cuenta las condiciones de vida de esa especie para su adaptación. Una vez elegido, le iremos aplicando todas las técnicas de bonsái, poda de creación, etc.
Por recuperación
Como su palabra indica, se trata de salvar un arbolito que esté en peligro, teniendo en cuenta el medio en el que vive, y sembrarlo en una maceta en nuestro hogar. Si podemos extraer ese arbolito antes de que muera y además sobrevive, será uno de nuestros bonsáis más queridos ya que siempre nos recordará que lo salvamos.
Cuidados según la estación del año:
VERANO (Mayo-Septiembre)
Bonsáis de exterior:
- Riego con regularidad; es la precaución más importante. Pulverización en los días secos y calurosos.
- Poda; Despunte frecuente de las hojas. Despunte de las coníferas (desde finales de mayo hasta junio).
- Limpieza de suelo con regularidad; también hay que desherbar.
- Ligaduras en las frondosas.
- Enfermedades y parásitos; se evitarán los ataques parasitarios, favorecidos por el calor y la humedad.
- Si hace falta, se ponen a la sombra las especies sensibles al sol fuerte del verano.
Bonsáis de interior:
- Riego regular y pulverización.
- Fertilización periódica.
- Es posible el trasplante durante todo el verano.
- Poda de mantenimiento.
- Parásitos y enfermedades; se prestará atención a los ataques parasitarios. Tratamiento preventivo.
- Hay que tener cuidado con el sol, sobre todo con las plantas situadas tras los cristales.
OTOÑO (Octubre-Noviembre)
Bonsáis de exterior:
- Riego; se disminuye, sin dejar que se seque la tierra. Durante las fuertes lluvias del otoño, se protegerá a las plantas del exceso de agua.
- Fertilización; se suprime el abono.
- Poda y despunte; la madera se endurece para pasar el invierno. No podar, dicha operación se reanudará en marzo.
- Se suprimen las agujas amarillas de los pinos y las hojas muertas de los demás árboles.
- Enfermedades; tratamiento contra el moho que se desarrolla en las macetas a causa de la humedad.
- Trasplante; sólo el membrillo japonés debe ser trasplantado en esta época.
- Preparación de la invernada.
Bonsáis de interior:
- Reducción del riego y la fertilización, para disminuir la actividad vegetativa.
- Se ponen en el interior los bonsáis que hayan pasado el verano en el exterior.
- Prevención de los ataques de insectos y enfermedades. En otoño, los insectos tienden a refugiarse en el interior de las casas.
- Se siguen aplicando ligaduras a los bonsáis de interior.
- Poda normal y despunte, si es necesario.
INVIERNO (Diciembre-Febrero)
Comienza el período de reposo invernal. Atención a:
- La protección contra el frío. En caso de grandes fríos, se cubrirán los bonsáis plantados en el exterior con una tela sin trama.
- El riego; simplemente, se comprueba que la tierra permanezca húmeda. Si se seca, se humedecerá, pero sólo si no hiela.
Bonsáis de interior:
- Se evitarán los excesos de agua, aunque el aire sea caluroso o seco.
- Pulverización; se realizará regularmente con agua mineral pura, para compensar la sequedad del aire.
- Poda; se practicará moderadamente si hay un crecimiento excesivo, pero en principio es más conveniente no hacer nada.
- Fertilización; en general, no se debe fertilizar. Sin embargo, algunas especies que siguen creciendo admiten un abono ligero, aplicado una vez al mes.
PRIMAVERA (Marzo-Abril)
Bonsáis de exterior:
- Primera plantación en maceta o, si es necesario, se trasplanta, utilizando una tierra apropiada.
- Fertilización:
– Mezcla de cuerno en polvo con la tierra de trasplante.
– Se esparce cuerno en polvo en la superficie de la tierra de las plantas no trasplantadas.
- Poda para dar forma y definir la estructura del árbol.
- Si es necesario, se aplican ligaduras.
- Tratamiento preventivo con un producto mixto, por pulverización.
- Riego moderado. Se evitarán los excesos.
- Se favorece el retorno progresivo a la actividad vegetativa, limpiando la superficie del suelo.
- Los bonsáis se sacan al exterior, tomando muchas precauciones ante:
– Las heladas tardías.
– Las insolaciones de las hojas tiernas o desarrolladas al abrigo.
Bonsáis de interior:
- Poda y limpieza.
- Se reanuda progresivamente la fertilización con un abono líquido.
- Si es necesario, se trasplanta.
ESPECIES:
– Caducifolias; Son aquellas especies que se caracterizan porque sus hojas se secan y caen al comienzo de la estación fría (otoño/invierno).
– De flor y fruto; Son aquellas que se caracterizan por tener flores vistosas y/o frutos.
– Perennes; Son aquellas que se caracterizan porque sus hojas no se secan y caen en la época invernal (otoño/invierno), permanecen durante la época invernal con todas sus hojas
– Tropicales; Son aquellas especies que proceden de latitudes o zonas cálidas de nuestro planeta. Son especies que hay que proteger de las bajas temperaturas. Como norma general a todas las especies habrá que protegerlas por debajo de los 7 u 8 ºC, si la temperatura es superior no habrá que protegerlos y está perfectamente en el exterior como otro bonsái no tropical.
TIERRA
El sustrato debe proporcionar estabilidad a la planta, retener la humedad y los nutrientes y ser lo bastante esponjoso como para que las raíces, el agua y el aire circulen a través de él sin dificultad. También debe drenar bien el exceso de agua. Se pueden cultivar arces japoneses en un sustrato universal para bonsáis de calidad, durante años con excelentes resultados. Todos los árboles prosperan en un sustrato de éstas características.
Las reglas de oro para una buena fertilización:
- Bonsáis de exterior. Se asocian los dos tipos de abono:
– Orgánico, en primavera, bajo la forma de cuerno tostado en polvo, ya sea incorporándolo a la mezcla de tierra al trasplantar, o esparcido por la superficie de maceta.
– Mineral, con el agua de riego, desde finales de mayo hasta septiembre, todas las semanas o cada quince días según la planta, con la mitad de la dosis normal de un fertilizante soluble para plantas de interior.
- Bonsáis de interior
Se aporta únicamente abono mineral, dos o tres veces al mes, con la mitad de la dosis normal de un fertilizante para plantas de interior, de mayo a septiembre. En invierno se fertilizan las plantas que permanezcan en actividad de crecimiento, como máximo una vez al mes, y se mantienen en un ambiente caldeado con 18 ºC o más.
ABONO
Las plantas se alimentan de las sales nutritivas que extraen del suelo. Los bonsáis, como viven en macetas pequeñas, pueden llegar a consumir todos los nutrientes que hay en la tierra, por eso, hemos de ir reponiendo mediante el abonado los elementos que consume el árbol.
Hay dos tipos diferentes de abono para los Bonsáis, los abonos líquidos y los sólidos.
El abono líquido se disuelve en el agua de riego, o se aplica con el agua de vaporización por encima de las hojas, y el abono sólido se introduce dentro de la tierra de la maceta.
No abonaremos en invierno, ni durante los periodos o días de calor extremo, ni cuando el bonsái está en brotación, si después de que hayan abierto las hojas y madurado.
Tampoco hay que abonarlos cuando notemos que están enfermos, ni recién trasplantados o que quedan secos por descuido.
También tendremos en cuenta que un bonsái joven o en formación necesitara más cantidad que uno ya establecido o adulto.
ENFERMEDADES
Pulgón, mosca blanca, araña roja, cochinilla, oídio del rosal, podredumbre, manchas negras, roya, enfermedades de las coníferas.
Fuentes:
– Wikipedia.
– Damj3t. 2003
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