Oidio
Es un hongo (Uncinula necátor Burr) que pasa el invierno en el interior de las yemas de la parra y en los sarmientos. La enfermedad comienza a desarrollarse a partir de los 15ºC, diseminándose con el viento y crece sobre cualquier órgano de la viña. Las condiciones climatológicas óptimas para esta enfermedad son: temperaturas entre 20 y 27ºC, y una humedad relativa superior al 50%, pero las lluvias fuertes dificultan el desarrollo de esta enfermedad.
Puede infectar a todas las partes verdes de la planta. La presencia de la enfermedad en la superficie de los órganos atacados, le da un aspecto gris blanquecino y polvoriento. Ambas caras de las hojas, en cualquier estado de desarrollo, son sensibles a la infección. A veces, en la cara superior de las hojas aparecen manchas brillantes o cloróticas similares a las “manchas de aceite” del mildiu. Las hojas jóvenes enfermas se deforman y atrofian.
El racimo es sensible a la infección durante la época de crecimiento, haciéndose quebradizo pudiendo llegar a romperse a medida que avanza el desarrollo del mismo. Su infección durante la floración o inmediatamente después, suele originar un pobre cuajado con la consiguiente merma en la cosecha. Si las uvas se infectan cuando alcanzan su máximo desarrollo, se agrietan, deshidratándose o pudriéndose, facilitando las posteriores infecciones por botrytis. Los vinos obtenidos con estas uvas tienen mal sabor.
Una buena medida para mejorar el control de esta enfermedad es la práctica de las podas en verde (eliminación de hojas, desnietado y despampanado), con lo que se consigue una mejor aireación de la planta dificultando el desarrollo de la ceniza y mejorando la penetración de los productos utilizados en los tratamientos fitosanitarios. Se aconseja no coger madera infectada para injertar ni replantar. También se recomienda la eliminación de la madera y sarmientos enfermos.
Las estrategias de lucha para el control del oidio o ceniza varían según los estados fenológicos en los que se produce una mayor sensibilidad a la enfermedad.
Se pueden fijar 4 momentos clave:
– Brotes de 10-15 cm con los racimos visibles.
– Floración. Dar el tratamiento en prefloración salvo si se utiliza azufre en espolvoreo, que debe realizarse en plena floración.
– Cuando la uva tiene tamaño guisante.
– Inicio del envero, sobre todo con variedades sensibles y en zonas tardías.
Mildiu
Su nombre científico es Plasmopara vitícola (Berk & Curt) Berl. & de Toni, comúnmente llamado mildiu, serenada, gota, mancha de aceite.
Este hongo pasa el invierno en las hojas muertas de la viña, en forma de oosporas (huevos de invierno), y también lo puede pasar como micelio(masa de hifas que constituye el cuerpo vegetativo de un hongo) en hojas y yemas. En zonas donde el invierno es suave, estos “huevos de invierno” por sus características mantienen su poder de infección durante dos años.
Cuando llega la primavera, con temperaturas superiores a los 10-12ºC y lluvias de al menos 10 mm acumulada en 1-2 días, las oosporas germinan e infestan los órganos verdes de la viña penetrando en el interior de los mismos. Esto se conoce con el nombre de contaminación primaria, que es invisible al desarrollarse dentro de la planta.
Tras esta primera contaminación y para que se produzcan las siguientes es necesario que haya agua líquida (lluvia o humectación en hojas superiores al 95% durante al menos 2-4 horas), temperaturas superiores a los 12ºC (óptimas de 10-25ºC) y al menos 4 horas de oscuridad.
Como regla general para prevenir los ataques de mildiu se suele utilizar la denominada regla de los “tres dieces”, es decir para que una viña sea “candidata” a sufrir una infección por mildiu debe tener brotes de al menos 10 cm de longitud, debe llover más de 10 mm y deben de haber al menos 10ºC de temperatura.
Las lesiones en las hojas pueden ser amarillentas y aceitosas (manchas de aceite) o angulares, de color amarillo o parto-rojizo entre los nervios. Con tiempo húmedo aparece en el envés de las hojas, en la zona de las manchas de aceite, un polvo blanco. La infección de las hojas es una fuente de inóculo tanto para la trasmisión a los frutos como forma invernante. Las hojas muy infestadas se caen, por lo general, esto hace que disminuya la acumulación de azúcares en los granos y reduce la resistencia de las yemas en invierno.
Los ápices infestados de los pámpanos se curvan y se cubren de un polvo blanquecino si el tiempo es húmedo, pasado el tiempo se pueden volver marrones y mueren.
En ataques tempranos al racimo (floración-cuajado) éste se curva en forma de “S” y los granos recién cuajados se secan.
En ataques tardíos (grano tamaño guisante) los granos se vuelven de color pardo y tienen depresiones en la superficie, se arrugan y se desecan lo que les da un aspecto de pasa, los frutos infestados se caen fácilmente. También pueden caer porciones del racimo o el racimo entero.
Las prácticas culturales de prevención consisten en:
– Mejorar el drenaje de suelos, para evitar los encharcamientos.
– Reducir las formas invernantes eliminando las hojas del suelo.
– Despampanado precoz y eliminación de hojas bajas.
– Recogida de hojas enfermas y eliminación de las puntas de los brotes infectados, para eliminar los primeros focos.
Aunque ninguna de estas medidas es del todo efectiva.
Botrytis
Su nombre científico es Botrytis cinérea Pers, popularmente llamado podredumbre gris o pudrición del racimo.
Las condiciones climatológicas óptimas para el desarrollo de esta enfermedad son: temperatura entre 15 y 20ºC y una humedad relativa del 90%. Las hojas deben permanecer mojadas al menos 15 horas. A temperaturas más bajas se requiere más tiempo.
Durante los estados fenológicos de botones florales separados a floración, cuando llueve, aparecen algunas hojas con manchas grandes pardo-rojizas, de forma irregular y que a menudo se localizan en los bordes. También puede infectar los racimos, que se pudren o se secan y se caen.
Después de la infección los granos enfermos se arrugan y toman un color gris-violáceo.
A partir del envero (uvas pintando), las uvas se infectan a través de las heridas o de la piel. Esta enfermedad se desarrolla rápidamente en racimos compactos. Con el tiempo seco, las uvas atacadas se desecan, con el tiempo húmedo se agrietan y se forma un polvo grisáceo en la superficie.
Las técnicas preventivas culturales consisten en evitar una vegetación excesiva limitando los abonos nitrogenados y los riegos, utilizar sistemas de conducción que permitan aumentar la aireación y la exposición de los racimos al sol, deshojado de las zonas próximas al racimo.
Yesca
Producida por un complejo de hongos: Fomitiporia punctata y Stereum hirsutum. La enfermedad penetra en la planta a través de las heridas de poda (hongos oportunistas). Puede manifestarse de dos formas: lenta o crónica, más común, o rápida o apoplejía.
La forma crónica se caracteriza por la aparición de decoloraciones y necrosis internerviales en las hojas, amarillentas en las variedades blancas y rojizas en las tintas (el azulejo de la hoja), y secado de racimo.
En su forma rápida se caracteriza por una marchitez súbita, parcial o total de la planta.
En ambas situaciones en cortes de la cepa, longitudinal y transversalmente, se observan zonas en el interior de la madera, con una podredumbre seca y esponjosa.
Normalmente esta enfermedad se aprecia en viñas viejas apareciendo en rodales. Las contaminaciones pueden producirse por las herramientas de poda.
Los síntomas descritos se traducen en daños que van desde la perdida de azúcares y peso en la cosecha, hasta la muerte de un brazo, de varios o de la cepa entera.
La forma rápida apopléjica suele ocurrir en climas cálidos.
Eutipa
La Eutipa, cuyo nombre científico es Eutypa lata, penetra a la planta por los cortes de poda. Los síntomas aparecen en un brazo, pero en años sucesivos pasa a los demás a medida que el hongo desciende por el tronco, agravándose los síntomas hasta la muerte.
Se caracteriza por la presencia de brotes raquíticos y débiles, con entrenudos cortos. Hojas pequeñas, aserradas y cloróticas. A veces con necrosis marginales.
La madera afectada toma un color marrón más o menos oscuro, diferenciado del blanco pajizo de la sana, de consistencia dura y quebradiza.
Los racimos sufren corrimiento, incluso desaparecen.
Muerte y decaimiento de viña joven
En muchas comarcas vitícolas de España, al igual que a nivel mundial, se vienen detectando un aumento de problemas relacionados con la muerte masiva de viña en plantaciones recién establecidas o el decaimiento progresivo de viñas jóvenes de 1-4 años de edad, constituyendo uno de los problemas más graves del cultivo.
Estas viñas presentan problemas de:
- Retraso en el crecimiento y escaso vigor.
- Brotaciones débiles y raquíticas.
- Agostamiento prematuro.
- Presencia de hojas pequeñas y cloróticas.
- En muchos casos terminan muriendo.
En cortes transversales se aprecia oscurecimiento de vasos, la zona afectada suele tomar aspecto de corona circular y en ocasiones emite exudación gomosa de color negro.
Este síndrome en platas jóvenes se denomina “enfermedad de Petri”. En estas plantas se han aislado mediante análisis un complejo de hongos de los géneros: Phaeomoniella, Phaeoacremonium, Cylindrocarpon.
Los ataques severos terminan en la muerte de la planta. En otros casos, la planta sigue vegetando aunque infestada.
Estos hongos son de suelo, asociados a la superficie radicular, siendo ésta la puerta de entrada a la planta.
Producen en la planta debilitamiento de la viña al bloquear los vasos que impiden el transporte de agua y minerales desde las raíces hasta las hojas.
La incidencia se asocia a problemas de “estrés” en la planta: suelos inadecuados, condiciones climáticas, forzado del cultivo (fertirrigación), prácticas culturales inadecuadas, material de vivero infectado, etc.
Silice Plus. Este producto disminuye la humedad del medio por lo que, mediante su aplicación foliar, dificulta enormemente las condiciones para el desarrollo de hongos como Botrytis cinerea, Sclerotinia, Mildius y el Oidium entre muchos otros. Tiene acción física sobre hongos de tipo aéreo.
Cobre Eco. Es un corrector de carencias de cobre, formulado a partir de sulfato de cobre, que ha demostrado ser efectivo en la prevención de distintos hongos. Su actividad es sistémica
Fuente:
– Fernando Rodríguez de Acuña y Pego. Mayo 2011. Cabildo de Tenerife.
– Rafael Palmero Palmero. Febrero 2007. Cabildo de Tenerife.
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