El calcio tiene un papel importante en el metabolismo vegetal. Su presencia es esencial para el crecimiento en densidad y longitud de los pelos radiculares, los cuales son de vital importancia para la absorción de nutrientes. Además el calcio forma parte de las estructuras celulares como estabilizador de la pared celular y de la membrana plasmática. Es necesario en los procesos de división y elongación celulares, en la polimerización de proteínas, y como regulador enzimático. Un buen número actúa como transductor de señales, tanto en la expresión de genes específicos, como en la síntesis de nuevas proteínas. En este sentido, el papel del calcio en las células vegetales está adquiriendo gran relevancia puesto que es el único elemento conocido que actúa como mensajero en los tejidos vegetales.
Las alteraciones fisiológicas asociadas con la nutrición cálcica son factores importantes para los cultivos que causan cuantiosas pérdidas económicas a los productores de frutas y hortalizas.
El calcio es constituyente de las sales en la solución del suelo. Es absorbido por las plantas en forma catiónica CA++ y presenta poca movilidad dentro de la planta.
Constituye un componente importante de la laminilla media de las células, asimismo regula la presión osmótica de las células. Es elemento clave en el crecimiento de los meristemos y en la absorción de nitratos, y está asociado con los procesos de maduración de frutos además de ser esencial en preservar la vida de anaquel de los frutos.
La deficiencia de calcio es difícil de manejar y es frecuentemente un problema en la producción de tomate y pimiento, resultando en la pudrición apical del fruto.
La planta puede mostrar la falta de este elemento en follaje y tejido jóvenes. El crecimiento se inhibe y las plantas presentan la apariencia de un arbusto. Las hojas más jóvenes se observan más pequeñas y deformes, con la presencia de clorosis en el margen de las mismas.
En ocasiones se detectan las nervaduras de color café y el follaje puede llegar a necrosarse. Puede haber una partidura de las hojas y el crecimiento de la raíz se detiene en plantas deficientes.
A esta deficiencia se le conoce también como: Pudrición apical (Blossom End Rot). Se observa como una cicatriz de color oscuro en la fase del fruto. Cuando se presentan estos síntomas, ya es muy avanzado y difícil de corregir.
Otros factores como: estrés hídrico, exceso de amonio pueden influir en provocar los síntomas anteriores. La deficiencia de calcio puede ser transitoria y causa una pudrición apical interna en el fruto, y ocurre cuando las semillas y paredes del tomate se tornan grises o negras, pero la superficie no se daña.
La deficiencia de calcio ocurre con más frecuencia en suelos ácidos, con altos contenidos de salinidad. Asimismo los cultivos de tomate que se desarrollen en suelos calcáreos también requieren este elemento, debido a su baja disponibilidad para la planta, ya que presenta baja solubilidad. Cuando las aplicaciones de calcio son en exceso, pueden presentarse deficiencias de magnesio y potasio consecuentemente causando un desequilibrio entre los nutrientes.
Se ha reportado que un buen nivel de calcio en las plantas de tomate ayudan a elevar los niveles de caroteno, lo cual aumenta el color del fruto. También se ha demostrado que las plantas de tomate son más tolerantes a enfermedades bacterianas y fungosas.
Bibliografía:
– Caracterización de la deficiencia de calcio en plantas de tomate utilizando parámetros fisiológicos. M.A. Sanz, A. Blanco, E. Monge, J. Val. ITEA 2001.
– Aprende a manejar el calcio en tus cultivos. José Cosme Guerrero Ruiz. 27 de septiembre 2012.
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