MICORRIZAS
Una microrriza es un término que deriva del griego y define la estrecha relación que existe entre un hongo (mykos) y las raíces (rhizos) de una planta.
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El botánico polaco Franciszek Dionizy Kamienzki descubrió las micorrizas en 1879, fueron bautizadas con este nombre por Albert Berhhard Frank en 1885 en las raíces de algunos árboles forestales. Más tarde en 1900, el francés Bernard, puso de manifiesto su importancia en la vida y desarrollo de las orquídeas. Fue en 1910 cuando comenzó a extenderse su estudio en las plantas utilizadas en agricultura y jardinería.
No fue hasta 1955, que tras la publicación de los primeros estudios de Mosse en Inglaterra, cuando las micorrizas dejaron de considerarse como excepciones y se aceptó su importancia y generalidad reales. Se han llegado a encontrar esporas de Glomeromycota (endomicorrizas) en estratos de hasta 460 millones de años de antigüedad.
En esta relación (hongo-raiz), ambos participantes obtienen beneficios. La planta recibe del hongo principalmente nutrientes minerales (fósforo, nitrógeno, potasio y calcio del suelo) y agua. Incrementa la tolerancia de la planta a las temperaturas del suelo y acidez extrema por la presencia de aluminio, magnesio y azufre. Dan protección contra ciertos hongos patógenos y nematodos. Mantienen las raíces fisiológicamente activas.
Se puede decir que una invasión temprana con hongo micorrícico, repercute en una reducción del aporte de fertilizantes y fitosanitarios, un ahorro de la cantidad de agua, un mayor crecimiento y producción de las plantas, una mayor supervivencia a las condiciones de estrés y un mejor aprovechamiento de los suelos.
El hongo obtiene de la planta hidratos de carbono y vitaminas que él por sí mismo es incapaz de sintetizar mientras que la planta lo puede hacer gracias a la fotosíntesis y otras reacciones internas.
El hongo, invade la raíz y llega a formar parte de ella, desarrollando un filamento micélico (masa de los filamentos que constituye el cuerpo vegetativo de un hongo), ayudando a la planta a aumentar su sistema radicular, incrementando su capacidad de sostenerse físicamente en el suelo, mejorando su resistencia y adaptabilidad.
Esta simbiosis favorece el crecimiento y desarrollo tanto de la planta como del hongo. Para ello, es necesario que las condiciones medioambientales sean favorables a ambos.
Los dos tipos más conocidos de micorrizas son las ectomicorrizas y las endomicorrizas:
– En las ectomicorrizas, los filamentos (hifas) fúngicos permanecen en la superficie epidérmica, alrededor de la cual forman una vellosidad que reemplaza a los pelos radicales. Rodean de una densa capa de micelio las partes más finas de las raíces, hasta envolverlas por completo, incluso en el ápice vegetativo de la misma. Las hifas de los hongos envuelven las raíces de las plantas sin infectar sus células. Este tipo de micorrización es el que predomina entre los árboles de zonas templadas, siendo especialmente característico en robles, eucaliptus, pinos y hayas. Los hongos que forman son: Basidiomicetes y Ascomicetes principalmente.
– Las endomicorrizas, invaden la raíz, primero es intercelular, pero luego penetra en el interior de las células radicales, formando vesículas alimenticias y arbúsculos (forma de arbolito o arbusto). Se dan en todo tipo de plantas, aunque con predominio de hierbas y gramíneas. Abundan en suelos pobres como los de las praderas y estepas, la alta montaña y las selvas tropicales.
Las endomicorrizas no son tan concretas, por lo que una especie puede colonizar a muchas especies de plantas y se adaptan mejor a las condiciones del medio porque sus esporas crecen con facilidad y pueden sobrevivir sin contacto con las raíces. Estas son algunas de las causas principales por las cuales abundan más en la naturaleza que el resto de las micorrizas.
Además de estos dos grandes grupos, se distinguen los siguientes tipos menores:
– Ectendomicorrizas: presentan manto externo, como las ectomicorrizas, pero también penetran en el interior de las células, como las endomicorrizas.
– Orquidoides o micorrizas de ovillo: Micorrizas de orquídeas, imprescindibles para su desarrollo y vida juvenil. En estado adulto, una vez que la planta crece y fotosintetiza, puede llegar a independizarse del hongo.
– Ericoides: son del tipo más sencillo y simple. Con raíces muy simples penetran en las células para formar ovillos.
– Arbutoides: tienen un manto externo y penetración en las células, donde forman rulos.
– Monotropoides: la forma de penetración en las células radiculares es algo diferente.
Beneficios para el suelo
Los beneficios de las micorrizas en el suelo están muy relacionados con las plantas por la relación que existe entresuelo-planta. Las micorrizas realizan varias funciones en el suelo que incrementan mucho su potencial agro productivo y sus posibilidades de sostén y mantenimiento de las diferentes especies vegetales. Entre otros, tenemos los siguientes efectos:
– Prolongan el sistema radicular de las plantas, y ello facilita una mayor retención física de partículas del suelo, reduciendo los efectos dañinos de la erosión causada por el agua.
– Son regeneradoras de suelos degradados, ya que al facilitar el mejoramiento de la estructura de éste, se incrementan sus posibilidades de retención de humedad, aireación y descomposición de la materia orgánica.
– Moviliza una gran cantidad de nutrientes que antes no estaban a disposición de las plantas, por lo que incrementa la fertilidad de éstos.
– Realizan un papel importante en la relación con el ecosistema en el que se desarrollan; interaccionan con diversos microorganismos del suelo, estableciendo provechosas cooperaciones con unos y compitiendo con otros generalmente de tipo patógeno, e incluso interactuando con la micro fauna de la rizosfera (parte del suelo inmediata a las raíces donde tiene lugar una interacción dinámica con los microorganismos).
– Mejoran la capacidad productiva de suelos poco productivos, como los afectados por la erosión hídrica y eólica, la salinización y la desertificación.
– Alarga la vida de los suelos agrícolas productivos, contribuyendo a su uso más diverso, económico y ecológico.
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